Paralelamente
al comienzo de la incorporación de las TICs a las prácticas educativas, se
ha debatido bastante sobre las competencias tecnológicas que los docentes
debían adquirir en sus diferentes procesos formativos. Sobre todo por ser
necesarias determinadas destrezas en el uso y, sobre todo, en la generación
de recursos para la Web.
En los
últimos meses estamos asistiendo a una amplia extensión del concepto de Web
2.0, cuya principal característica podría ser la sustitución del concepto
de Web de lectura, por el de lectura-escritura. Multitud de herramientas están
ayudando a que, los procesos productivos de información que se desarrollan
en torno a la Red, se puedan poner en marcha sin casi ningún tipo de conocimiento
técnico, y sin un excesivo gasto de tiempo. Por ello, poner en marcha actos
educativos en torno a Internet (Web educativa 2.0), resulta hoy en día una
tarea mucho más fácil desde el punto de vista de los recursos lógicos necesarios,
con lo que podemos hacer prevalecer nuestro perfil docente sobre roles más
cercanos al mundo de la Informática.